La familia es un elemento clave en el crecimiento y aprendizaje de los niños a partir de diversas formas como el lenguaje, la comunicación o las interrelaciones.
La familia fomenta la adquisición de normas, valores, derechos, obligaciones y roles, además de preparar a la persona para el papel que desarrollará en el futuro.
Es la base de la vida social de todo individuo, y un elemento fundamental para definir nuestra personalidad. Por ello, la familia debe aprender a superar las dificultades de la vida diaria a partir de los factores de protección.
Los factores de protección son fortalezas y recursos de los que todas las familias disponen y que facilitan y favorecen el correcto desarrollo y bienestar personal.
Ayudan a proteger a las familias de los factores de riesgo y vulnerabilidad, que son las dificultades, barreras, obstáculos de la vida diaria que recae sobre las familias y que perjudican el desarrollo y bienestar personal, relacional y/o social de sus miembros.

Los factores de vulnerabilidad que afectan a las familias
En Saó tenemos dos proyectos dirigidos a las familias, Suetí y SIS Ruta, que nacen a partir de la detección de los factores de vulnerabilidad en el ámbito familiar.
- Falta de estabilidad económica
- Dificultad para sostener procesos educativos/formativos
- Poca red social de apoyo
- Aislamiento del entorno, precariedad en lo que respecta a la vivienda
- Grandes dificultades en el ejercicio de crianza
- Sufrimiento emocional y problemas de salud mental
Suetí y SIS Ruta, son servicios de intervención social que hacen protagonista a la familia para potenciar la implicación de los padres y madres en el proceso educativo de los hijos e hijas y su participación en la comunidad.
Se trabaja durante un máximo de dos años con las familias para que puedan adquirir las herramientas necesarias para tomar sus propias decisiones.

6 factores de protección vinculados al ámbito familiar
1. Crianza afectiva y apego
Los padres que tienen una relación cálida y de confianza con sus hijos, tienen más herramientas para acompañarles en su desarrollo desde la infancia a la adultez.
Desde los proyectos SIS Ruta y Suetí, nos adaptamos a las diferentes situaciones de las familias y a la individualidad de cada caso.
Para atender a las diversas necesidades se crean espacios familiares y grupales para reforzar los vínculos relacionales y la afectividad familiar, mediante el acompañamiento de forma integral de las familias con técnicas terapéuticas.
2. Conocimiento sobre la crianza y el desarrollo de los niños
Aunque la escucha y la confianza es una parte natural de ser madre y padre, existe una parte que se basa en un aprendizaje, ya que no se puede saber todo.
Las profesionales de Saó guían y atienden a las familias en su día a día. Por eso se realizan intervenciones domiciliarias para implementar hábitos saludables y rutinas, organización de las tareas domésticas y de cuidado, corresponsabilidad, conflictividad familiar y sobrecarga de los cuidadores y cuidadoras.
Además participan de un espacio grupal para compartir conjuntamente dudas y buenas prácticas, para trabajar el reconocimiento de las emociones, motivaciones y necesidades de sus hijos e hijas.
3. Resiliencia familiar
Se define como la capacidad de las familias para recuperarse de las circunstancias adversas y salir de estas fortalecidas.
Desde los proyectos realizamos una intervención integral centrada en las fortalezas de las familias para potenciarlas y así mejorar su actuación frente a las nuevas situaciones de dificultades sobrevenidas.
Además, se realizan terapias donde se trabaja la historia de vida y las potencialidades de los cuidadores y cuidadoras, para conseguir los cambios deseados, entendiendo que las dificultades presentes en la familia son fruto de dinámicas relacionales y del contexto en el que se encuentran.
También se realizan intervención de parejas para revisar las pautas educativas y crianza compartida.
4. Conexiones sociales
Los padres y madres que participan en una comunidad social, tienen más facilidades para cuidar de sus hijos e hijas.
Desde los proyectos somos conscientes de la importancia de tener una red social positiva y por eso acompañamos a las familias a la oferta cultural del territorio, además, en los espacios grupales también se crean redes sociales.
El ocio en familia proporcionará la oportunidad de compartir intereses, reforzar sus relaciones familiares, contribuirán a fomentar la comunicación familiar, la cohesión y la transmisión de valores.
5. Apoyo concreto para las familias
Todas las familias necesitan ayuda, ya que aquellas familias que tienen las necesidades básicas cubiertas, como alimentación o vivienda, tienen más tiempo y energía para dedicarle a sus hijos e hijas.
El seguimiento de proximidad y del domicilio que hacemos desde Saó nos permite detectar situaciones de necesidades básicas no cubiertas y poder realizar un acompañamiento acotado para cubrirlas.
6. Capacidad social y emocional de los niños
La capacidad de los niños y niñas para formar vínculos positivos con los demás y comunicar emociones y resolver problemas. Los niños y niñas con estas capacidades, tienen mejores relaciones y manejan mejor el estrés y las dificultades de la vida diaria.
En los talleres familiares a partir de juegos, dinámicas y grupales (por ejemplo, los de intervención asistida con perros), se trabajan estas capacidades.
Además, acompañan a las familias para que niños y adolescentes realicen actividades extraescolares y de apoyo a la escolarización.
Estos factores de protección, además de evitar situaciones como el abuso o abandono infantil, ayudan a desarrollar un ambiente de apoyo saludable para el desarrollo del niño.
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